En español, abajo.
Last week we took a moment to reflect on the first half of our mission: finding a calling. Let’s turn our attention this week to the second half: changing the world.
When first hearing those words, it’s easy to dismiss them as fanciful rhetoric that shouldn’t be taken seriously, a cute phrase for a school brochure or maybe a children’s storybook but obviously made with a wink. Changing the world…isn’t that a little grandiose?
Let me assure you that these words are far from hyperbole. In fact, I would argue that only such a grand vision is appropriate for the vast potential that comes bounding into the studio each morning. And it is within this grandiose vision that our young heroes are presented with a narrative that serves as the antidote to the malady of purposeless living that afflicts so many:
Your life matters.
What you do matters.
You were made for a purpose.
And the only things that can limit your impact are the confines of your imagination and your courage.
Tragically, my experience has been that precious few live into this narrative. I’ve come to believe that many settle for mediocrity not because of their actual capabilities, but because they’ve never been dared to dream bigger dreams.
But Acton Academy El Salvador will always be a place where dreamers are welcomed and big dreams taken seriously.
Yes, this is grandiose. Unapologetically so. And, no, it’s not the fantasy of a child’s tale. It’s a measured and level-headed assessment of a well-lived life.
For the people who will change the world are those who believe it’s possible.
¿Cambiando el mundo?
La semana pasada nos detuvimos un momento para reflexionar sobre la primera mitad de nuestra misión: encontrar una vocación. Esta semana volvamos nuestra atención a la segunda mitad: cambiar el mundo.
Al escuchar esas palabras por primera vez, es fácil descartarlas como retórica fantasiosa que no debe tomarse en serio, una frase bonita para un folleto escolar o quizá para un cuento infantil, pero claramente hecha con un guiño. Cambiar el mundo… ¿no suena un poco grandilocuente?
Déjenme asegurarles que estas palabras están lejos de ser una exageración. De hecho, yo diría que solo una visión tan grande es adecuada para el vasto potencial que entra cada mañana en el estudio. Y es dentro de esta visión grandilocuente que nuestros jóvenes héroes reciben una narrativa que sirve como antídoto para la enfermedad de la vida sin propósito que aqueja a tantos:
Tu vida importa.
Lo que haces importa.
Fuiste creado para un propósito.
Y lo único que puede limitar tu impacto son los confines de tu imaginación y tu valentía.
Trágicamente, mi experiencia ha sido que muy pocos viven de acuerdo con esta narrativa. He llegado a creer que muchos se conforman con la mediocridad no por falta de capacidades, sino porque nunca se les ha desafiado a soñar sueños más grandes.
Pero Acton Academy El Salvador siempre será un lugar donde los soñadores son bienvenidos y los grandes sueños tomados en serio.
Sí, esto es grandilocuente. Sin disculpas. Y no, no es la fantasía de un cuento infantil. Es una evaluación sobria y realista de lo que significa una vida bien vivida.
Porque las personas que cambiarán el mundo son aquellas que creen que es posible.